No es fácil encontrar en una novela originalidad. Hormigas en la playa es en primer lugar una novela original, no tanto por el tema que toca: una reunión de antiguos alumnos (aunque en la novela española no es muy frecuente, si es un argumento recurrente en muchas películas)
Original porque escapa de aquello que puedes esperar en un primer momento: la nostalgia del pasado frente a un presente que no se acepta, para ir un paso más allá y convertir la novela en la historia de una obsesión.
Fundamental para el tremendo impacto que como lector me ha supuesto esta novela son sus personajes. En realidad la novela gira en torno a tres: Eric, Pau y Esther. Unas vidas que cambiaron bruscamente una noche por culpa de un accidente del que se nos irán dando noticias poco a poco a lo largo de la novela.
Son tres personajes que han calado hondo en mí, porque son un reflejo de unas vidas reales y por tanto creíbles, donde el desengaño frente a la vida es probablemente lo que les está impidiendo disfrutar de un presente que no es lo que en su día soñaron.
Una novela corta que no llega a las doscientas páginas, pero muy intensa, porque partiendo de una narración muy intimista de cómo es y se siente cada uno de sus protagonistas, va ganando en intensidad dramática y en ritmo narrativo para llevarnos a un final que no dejará indiferente al lector.
Un final que es un broche de oro para una novela que recomiendo a todos aquellos que busquéis una lectura diferente a la de los thrillers o novelas románticas que hoy día saturan el mercado literario.
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