http://www.libros-prohibidos.com/rafael-moya-hormigas-en-la-playa/
Una reseña de la novela que me ha parecido magnífica e interesante y la valoro especialmente por ser una revista seria y objetiva:
Rafael Moya traza con precisión la personalidad de los dos protagonistas principales de la novela, Eric y Pau. El primero provoca el reencuentro y vamos conociendo su obsesión por el segundo. Pau era un joven talentoso (pintor, actor, poeta…) que se ha convertido en un adulto mediocre. Casado y con un trabajo rutinario (realiza tareas administrativas en un bufete de abogados), el paso del tiempo ha acabado con todo aquello que apuntaba de joven.
La vida no son los años vividos, son los instantes que uno desea vivir repetidamente.
El núcleo central de la novela sitúa a Pau en el centro de todas las obsesiones de Eric. Utiliza todo tipo de artimañas para acabar con el matrimonio de Pau, con su empleo y con su aspiración de recuperar a Ester, la mujer con la que siempre soñó y de la que se distanció tras el accidente. Eric desea que Pau sea suyo y la excusa de querer ayudarlo le sirve para intentar manejar la vida de Pau a su antojo.
Pau ignora las intenciones de su amigo hasta que una serie de circunstancias le hacen abrir los ojos. Es en ese momento cuando la trama se desborda hacia un potente final. Pau decide demostrar a Eric (de una forma muy especial, todo hay que decirlo) que continúa siendo el joven talentoso que fue, organizando su gran última obra de arte… inacabada.
Hormigas en la playa es la historia de una obsesión, la de Eric por Pau, y la constatación de que el paso del tiempo no siempre nos lleva por los derroteros que soñábamos cuando éramos jóvenes. La nostalgia mal entendida lleva a Eric a desear con todas sus fuerzas que todo vuelva a ser como un día fue, aunque su percepción del pasado tal vez no sea la correcta.
Estamos ante una novela difícil de clasificar en cuanto a género, a medio camino entre la historia de amor y el suspense. El autor transmite a la perfección la psicología de los protagonistas, cada uno con sus anhelos y frustraciones. La estructura de la novela está muy bien trabajada, mezclando pasado y presente, ya que uno no puede entenderse sin el otro. La escritura de Rafael Moya es limpia y muy eficaz y la novela está bien trabajada.
Una buena novela, recomendable para los aficionados a las historias urbanas, amores imposibles y con toques de suspense.
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