Un lector indiscreto

lector indiscreto

 

Hormigas en la playa es de esas novelas que los lectores no tenemos muy claro a lo que nos vamos a enfrentar si decidimos darle una oportunidad porque, si bien la sinopsis nos da una cierta idea de lo que nos espera, la portada no es precisamente de las que enamoran y, al mismo tiempo, desconciertan porque, a bote pronto, no sabemos el porqué de este título. Solo lo entenderemos si finalmente nos sumergimos en su lectura.

 

Hormigas en la playa es una de esas historias que nos da la impresión de que a lo largo de sus 165 páginas no ocurre nada pero, sin embargo, hay algo en ella que nos invita a seguir leyendoY lo de que no ocurre nada es simplemente eso, una apreciación inicial nuestra, porque luego nos ponemos a analizarla y vaya que si ocurren cosas. Creo que es de esos títulos que nos costaría trabajo catalogar dentro de un determinado género literario, pero que me atrevería a decir que tiene los rasgos de lo que ahora se conoce como domestic noir, un thriller en el que lo dominante es lo psicológico y en el que los personajes se nos hacen muy cercanos, porque viven situaciones que muy fácilmente podemos acoger como nuestras, aunque teniendo en cuenta que muchas de ellas son vividas al límite para conseguir así los objetivos deseados, que terminan por mutarse en obsesión, lo que hará que nos encontremos en ella esa gran carga psicológica.

Sin duda alguna, creo que éste es el perfil que más conoceremos de los dos personajes principales de la trama, Eric y Pau, sin olvidarnos de Ester, que desempeñaría un papel crucial en el pasado de ambos. Pero también conoceremos loa rasgos propios de cada uno de ellos, perfectamente definidos, sobre todo de Eric y Pau, que son ya dos personas adultas con una adolescencia común cuyos caminos se truncarían finalmente y solo se reencontrarán al ser convocados a una reunión de antiguos alumnos. Una reunión que nos trasladará a Barcelona, aunque en esta ocasión no nos encontramos con una Barcelona descrita de forma tan literaria, sino que es una Barcelona un tanto distinta, diría que con localizaciones elegidas y presentadas a conciencia por el autor para estar así más acordes con las situaciones que viven los personajes, como el Passeig del Born, en donde diría que tienen lugar las escenas más trascendentales de esta novela.

 

Y es que podemos decir que Hormigas en la playa es una novela cuyo tema central es la obsesión, ya que bien podría ser el amor entendido en un término amplio: el amor de Pau hacia Esther y ese amor que se presiente de Eric hacia Pau, pero que precisamente es el que provoca esa situación obsesiva que hace que Eric trame todo tipo de artimañas para lograr su objetivo final, que no es otro que estrechar su relación con Pau. Cerco que nos provocará desasosiego en más de una ocasión y nos conducirá a un final diría que sobrecogedor y creo que, al mismo tiempo, inesperado.

 

Hormigas en la playa es una novela que, pese a que el suspense está latente a lo largo de sus capítulos, sin embargo nos va a suponer una lectura placentera, pausada, con el ritmo adecuado que marca Rafa Moya para que no desviemos nuestra atención de lo que en ella ocurre. Un suspense que hace que poco a poco vayamos conociendo las causas que provocaron esa ruptura en el pasado entre Eric y Pau. Todo ello acompañado de una narrativa diría que elegante y, al mismo tiempo, envolvente, de tal forma que nos será difícil olvidar lo que ocurre entre ambos protagonistas y, al mismo tiempo, nos invita a reflexionar sobre las situaciones vividas a lo largo del desarrollo de la trama.